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Resulta pues, que La Odisea que leí es una edición de Editores Mexicanos Unidos de 1994. Y bueno, parece que por lo económico se cometieron varios atropellos. Así que tuve que masticarme las páginas con todo y la mala impresión (carácteres desalineados, manchas, exceso de tinta, etc).
Una vez digeridas las carencias de la edición, tardé bastante en acoplarme a la rítmica en prosa, yo creo que fue como pasando el 25% de avance de la lectura. Bien, entonces recordar los hechos ya leídos y meterme a la historia y al papel de los personajes me tomó otro 25% de la lectura. A partir de ahí me clavé y ya hasta quería salir del trabajo para continuar leyendo, por que además leí un 75% del libro en traslados de mi casa al trabajo y viceversa.
Luego entonces, me quedaban cerca de 10 páginas o más para llegar al final del libro, y Odiseo ya había acabado con los pretendientes y Penélope lo acaba de reconocer. El último canto -Canto XXIV- es un atentado a la expectación del lector. Creo que, si bien la Venganza de Odiseo se interpreta como el clímax de la segunda parte de la historia, los últimos 2 cantos -Canto XXIII y Canto XXIV- hacen las de "desenlace" de la historia: ok, Penélope y Odiseo se reencuentra, alegría en la casa del rey, tristeza en la de los pretendientes, rencuentro con Laertes, etc.
Creo al final, los últimos dos párrafos de El Pacto, ppfff.. precipitadísimos (según yo), ya nadamás llega Atenea, la de ojos de lechuza, y les dice que no hagan guerra y vivan en paz.. y tan tan, TAL CUAL. No te dicen si Odiseo le hace hecatombes al que bate la tierra, si lleva a cabo su manda adquirida en el reino del Hades, no te dicen que pasó con el adivino huésped de Telémaco, etc. Nada.. eso sí que es un FAIL épico. !
Resulta
ÍTACA
ResponderEliminarCuando salgas de viaje para Ítaca,
desea que el camino sea largo,
colmado de aventuras, de experiencias colmado.
A los lestrigones y a los cíclopes,
al irascible Posidón no temas,
pues nunca encuentros tales tendrás en tu camino,
si tu pensamiento se mantiene alto, si una exquisita
emoción te toca cuerpo y alma.
A los lestrigones y a los cíclopes,
al fiero Posidón no encontrarás,
a no ser que los lleves ya en tu alma,
a no ser que tu alma los ponga en pie ante ti.
Desea que el camino sea largo.
Que sean muchas las mañanas estivales
en que -¡y con qué alegre placer!-
entres en puertos que ves por vez primera.
Detente en los mercados fenicios
para adquirir sus bellas mercancías,
madreperlas y nácares, ébanos y ámbares,
y voluptuosos perfumes de todas las clases,
todos los voluptuosos perfumes que te sean posibles.
Y vete a muchas ciudades de Egipto
y aprende, aprende de los sabios.
Mantén siempre a Ítaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Pero no tengas la menor prisa en tu viaje.
Es mejor que dure muchos años
y que viejo al fin arribes a la isla,
rico por todas las ganancias de tu viaje,
sin esperar que Ítaca te va a ofrecer riquezas.
Ítaca te ha dado un viaje hermoso.
Sin ella no te habrías puesto en marcha.
Pero no tiene ya más que ofrecerte.
Aunque la encuentres pobre, Ítaca de ti no se ha burlado.
Convertido en tan sabio, y con tanta experiencia,
ya habrás comprendido el significado de las Ítacas.
de K. Kavafis
ahí está chavo, luego platicamos jajaja